La etimología de la palabra Naturaleza indica que proviene del latín natura, que se refiere al “nacimiento” (natus participio pasivo de nasci, nacer). Desde ese contexto se explican dos usos comunes: por un lado, “naturaleza”, como referida a las cualidades y propiedades de un objeto o un ser; y por otro, “Naturaleza”, para los ambientes que no son artificiales, con ciertos atributos físicos y biológicos, como especies de flora y fauna nativas. Este capítulo enfoca este segundo uso.